Publicación producida en el marco del proyecto Fondart 2021 Laboratorio del Habitar en Santa Inés.
Santa Inés,
un cruce en el centro de Chile.
Vas a Santa Inés por primera vez y te imaginas el campo: vegetación, animales, niños jugando… Pero al llegar, en vez de un pueblo, te encuentras con un cruce: la carretera de la Fruta (o carretera de la Muerte), los imponentes edificios de la agroindustria, un paradero donde esperan trabajadores acalorados o entumidos, camiones pesados que van a toda velocidad sin que les importen ni los perros que atraviesan ni la gente. La localidad de Santa Inés se ubica entonces en ese cruce entre la carretera de la Fruta y la ruta que lleva al pueblo minero de Alhué. Pasan ahí muchas cosas y mucha gente. No siempre se quedan, y las huellas que dejan revelan lo complejo que es el arraigo en un cruce. Cruce histórico, la zona conocida hoy como Santa Inés nace en una bifurcación del tiempo, cuando inicia la Reforma Agraria, en 1968. Antes que asfaltaran los caminos, cincuenta años atrás, todo eso era hacienda: un mundo regido por pocos patrones, y mantenido por numerosos inquilinos y peones, en la tierra que no les pertenece. Luego de la expropiación de parte de los terrenos patronales, y en algunos casos desplazadas por la creación del lago Rapel, las familias trabajadoras de los fundos Santa Elena del Peral, Santa Inés y Valdebenito, llegan a conformar el asentamiento principal de la localidad. Nace entonces Santa Inés, en el marco del fomento del cooperativismo agrícola, pero la experiencia no dura más que 10 años. El trabajo comunitario fracasa. La parcelación permite la penetración de la agroindustria ganadera y frutícola de exportación. EL agronegocio trae modernidad: tractores, máquinas y plata. También trae pesticidas, sequías, nuevas enfermedades y desigualdades.
Recorriendo el paisaje con nuestras miradas de afuera, sólo nos queda el testimonio de las mayores para recordar la profundidad histórica que encierra el cruce: falta de agua, carencias de amor, comida y educación, refugio del cariño familiar, largas distancias a pie, rudos tiempos del trabajo de sol a sol, lindos tiempos de las misiones… y el éxodo de los jóvenes. Ahí se entremezclan los cambios y las permanencias. ¿Son los nuevos habitantes migrantes los peones de hoy? ¿Qué tan diferentes son sus horizontes?
En Santa Inés, cruce cultural, los destinos humanos se entrelazan muchas veces sin mezclarse. Las jerarquías sociales no favorecen el intercambio. El machismo y el racismo sirven a menudo como parámetros de la interacción en un entorno cambiante. Las religiones son soportes vitales, disonantes y versátiles. Santa Inés, lugar diverso y estandarizado a la vez. Pobre y rico al mismo tiempo. Santa Inés queda definitivamente en un cruce. Encierra todas las ambivalencias: tanta desesperación como esperanza. Ahí queda Santa Inés: en el cruce, frente al desafío humano de hacer comunidad y sostener la vida.
Ver el pdf completo de la publicación
Relato audiovisual, Laboratorio artístico del Habitar, Santa Inés, 2020-2021.